
Es la braña, un segundo pueblo, totalmente mimetizado en un canchal, del que se nutre de piedras para hacer las construcciones llamadas "cabanas".
Constan las cabanas de dos espacios más o menos diferenciados, la cuadra propiamente dicha, principal utilidad y la zona de estar, donde los vaqueiros se guarecían, cocinaban y dormían.
La braña de Seroiro, dista del pueblo unos 8 kilómetros de empinado sendero, por lo que la costumbre, no era pasar grandes temporadas en la montaña, sino subir y bajar a diario, para poder mocer las vacas que se tenían en el monte.
En más de una ocasión, después de bajar cargados los 8 km con las lecheras, con las manos doloridas del peso, un tropiezo hacía derramar todo su contenido a escasos 100 metros de casa, esa era la parte mala, la buena, era que si conseguías llegar con la lechera a casa, ya llevabas mantequilla para merendar, pues de tanto zarandeo, la leche ya venía mazada.
Cada vecino tenía su cabana y su pequeño prado y entre todos los usuarios se establecía " a viceira", que era el tiempo, durante el que una casa, estaba encargada de recoger las vacas por la tarde para llevarlas a las cabanas, para evitar que fueran pasto de los numerosos lobos.
Los vaqueiros de Seroiro, eran en su mayoría gente joven, chavalería , fuerte y ágil, que madrugaban para subir a la braña, pastoreaban durante el día y bajaban la leche al atardecer, quedando siempre algún buen rato para trastadas y juegos, pero eso será otra historia.
Para posibles visitantes, parte el camino, del final del pueblo, junto a la casa de la escuela, comparte aproximadamente la mitad del recorrido con el camino que lleva a Valdebueyes, hasta que se separa de este en un claro y empinado ramal. Hay que llevar agua, pues las fuentes no abundan en el camino y desde el rigueiro de Liamoso, en el Km1, no tenemos fuentes hasta llegar a la propia braña y buscar un poco por encima de esta a fonte da Lameiroa. El camino es soleado y con pocas sombras, por lo que es recomendable, de hacerlo en verano, evitar las horas centrales del día y de hacerlo en primavera/otoño, aprovecharse de ello.
Una vez llegamos a la braña, subiendo un poco más, el camino nos lleva a la Campa, desde donde podemos ver la otra vertiente, perteneciente a Musteiro( Monasterio) pueblo del río del Coto, del concejo de Cangas del Narcea, las vistas impresionantes, naturaleza salvaje al 101%, solo decir que estamos en el límite de Muniellos, el monte de Valdebuelles...., hacía la izquierda, el Chao del Rozo y hacía la derecha, a Pena da Campa, arriba el cielo claro de Asturias y a tus pies, la dura tierra de tus antepasados, ¿ no merece la pena sentir esa sensación?
Ya me contareis, si os atrevéis.